CURACIÓN
POR EL PENSAMIENTO
JOSÉ MANUEL FERNÁNDEZ OUTEIRAL
“Sólo hay dos formas de vivir tu vida: una es como si no existieran los milagros y la otra es como si todo fuera un milagro.” Albert Einstein
El ser humano tiene muchas
capacidades y todas infravaloradas.
Los mecanismos que tiene la
Naturaleza, tanto para la curación como para influir positivamente en nuestras
vidas, nos pertenecen, y solo nos falta aprender a utilizarlos.
Al utilizarlos se aprende a vivir más
feliz y la tendencia es desear compartirlos con el mayor número de nuestros
semejantes. Eso es lo que la humanidad necesita para la solución de todos sus
problemas: eso se llama amor.
Para llegar hasta ahí solo hay dos cosas que aprender, sencillas y
elementales, como todo lo que está en la Naturaleza y es bueno para
enriquecer nuestra vida:
La primera
consiste en la siguiente: recuerda cuando has estado oprimido por un
sufrimiento, físico o moral, por un miedo a perder algo importante para tu
vida. Recuerda que en esas circunstancias tu
boca estaba seca. Se debe al efecto de la adrenalina que tus suprarrenales
han mandado a tu sangre. La adrenalina estimula, dentro del sistema nervioso
vegetativo, al Simpático. La adrenalina cumple una función importantísima en
situaciones extremas de la vida en todas las especies animales, incluido el
hombre, porque pone al organismo en condiciones de luchar contra algo
importante, o huir, para conservar la propia integridad o salvar la vida. Pero
si esa adrenalina no se consume con el esfuerzo muscular que supone la lucha o
la huida, si esa situación se reitera una y otra vez, nos estamos quemando,
malgastando nuestra energía y maltratando nuestro cuerpo. El corazón, bajo el
influjo de la adrenalina dispara su ritmo, pero cada latido le cuesta más caro
en términos biológicos. La adrenalina distorsiona el reparto de las cargas
necesarias para producir la energía de cada contracción. Algunos sectores del
sistema arterial sufren una vasoconstricción, la presión arterial tiende a
subir para llevar la sangre a los músculos y prepararlos para esa lucha o
huida, que de ordinario no se va a producir, con la vida sedentaria que
sufrimos. Pero con esto, una serie de órganos van a verse perjudicados, todo el
aparato digestivo puede alterar sus funciones y dar lugar a úlceras a distintos
niveles alteración de la evacuación de la vesícula biliar, estreñimiento, etc.
y hasta el cerebro, tan sensible a los cambios de oxigenación, va a sufrir un
déficit en la llegada de las sustancias necesarias para su adecuado
funcionamiento, quedando nuestra inteligencia y nuestra memoria muy por debajo
de sus posibilidades funcionales. Todo lo dicho va a ir acompañado de tensión
muscular y nerviosismo, las defensas del organismo bajan y quedamos a merced de
las enfermedades.
Todo lo descrito es ocasionado por
situaciones estresantes y, recuerda siempre, van acompañadas de un síntoma
facilísimo de detectar: la boca está seca o la saliva es espesa y blanquecina.
Saliva Simpática. Solo con esa observación ya sabemos que estamos viviendo de
una manera inadecuada, que estamos maltratando nuestro cuerpo y deteriorando la
calidad de nuestra vida.
¿Qué debemos hacer ante esta
situación de derroche de adrenalina? ¿Cómo podemos defendernos de ella?
Muy sencillo. Piensa ahora, o repite
en voz alta si lo deseas: mi boca se llena de saliva, fluida, agradable,
como el agua. Trata de sentir la sensación de saliva en tu boca. Cuando
la percibas claramente, obsérvate y te darás cuenta que sientes una mayor
tranquilidad y agradable relajación, pero, al mismo tiempo, tu corazón funciona
más tranquilo, más despacio. Cada latido le resulta más económico, en términos
biológicos, porque las sustancias que necesita para producir sus contracciones,
están más fisiológicamente repartidas, la presión arterial tiende a equilibrarse,
porque se produce una discreta vasodilatación de las arterias que se contraían
con la adrenalina; esto disminuye la resistencia a la circulación periférica de
la sangre y como consecuencia la sangre llega mejor a cada órgano, a cada
tejido, a cada célula de tu cuerpo. Se mejora el metabolismo a todos los
niveles; hay una mejor función, mayor armonía, mejor salud y una puesta a punto
de la defensas del organismo contra cualquier enfermedad. Las funciones
digestivas se producen con mayor normalidad; igual sucede con las funciones respiratorias
y con las de cada órgano de nuestro cuerpo y nuestro cerebro agradece una mejor
nutrición con un mejor control sobre nuestro cuerpo, mejorando también las
capacidades intelectuales, el estudio y la memoria. Todo lo dicho, acompaña a
la sensación de saliva fluida en la boca. En términos médicos el organismo está
funcionando bajo un predominio vagal de tipo muscarínico, que nos va a proteger
del exceso de adrenalina. El Simpático es el acelerador, el derrochón de
energía. El Vago es el moderador, el equilibrador. La saliva fluida de tu boca,
es saliva vagal.
Para una salud adecuada se necesita
un equilibrio entre las funciones del Simpático y del Vago. Cuando la boca está
seca, se dispara el Simpático, puesto en marcha por el exceso de adrenalina.
Esto lo equilibramos estimulando el Vago al lograr hacer saliva fluida. Este
equilibrio es sumamente beneficioso para tu salud y tu equilibrio vital.
Debemos crear el hábito de que
nuestra boca esté permanentemente húmeda, durante todo el día, siempre. No te
preocupes si al despertar por la mañana lo haces con la boca seca, esto tiene
otro significado, posiblemente duermas con la boca abierta respiras por la boca
y por eso se seca. Esto no significa un predominio Simpático.
Por tanto, repite mentalmente,
cuantas veces te acuerdes, que tu boca se llene de saliva. Llegará un momento
en que la tendrás permanentemente húmeda sin pensar en ello.
Con esta primera enseñanza, simple
como te dije al principio, estás equilibrando tu fisiologismo, vives con mayor
tranquilidad, usas adecuadamente tu cerebro y te libras del estrés.
¡No tomes ninguna decisión importante para tu vida o para tu actividad
profesional con la boca seca! Si puedes demora un instante, o el tiempo que te sea
posible, esa decisión, hasta que tengas la boca húmeda. Si lo haces así estarás
usando mejor tus capacidades intelectuales y te será más fácil poner en marcha
los recursos que hay en tu cerebro, para tomar la decisión más adecuada. Y para
estudiar y mejorar el rendimiento en los exámenes te será también sumamente
útil, o en la práctica del deporte o en cualquier actividad profesional, así
como para facilitar tus relaciones sociales.
Y vamos ahora con la segunda de las enseñanzas, también
elemental, pero tan eficaz que permite conseguir todo aquello que necesitamos
para una vida sana, feliz y plena.
Vamos a considerar, a modo de ejemplo
burdo, que el cerebro es una especie de computadora biológica que gobierna el
cuerpo y su fisiologismo. Pero ¿nos enseñó alguien a programarla para llevar la
vida que necesitamos, lo que nos conviene?
¡Vamos a aprenderlo ahora de una manera
sencilla!
Cada uno de nuestros pensamientos
(acto mental), lo recibe el cerebro como una orden a cumplir, como un programa
que tratará de hacer verdad en nuestra vida por todos los medios a su alcance.
Si esto es así, no debe extrañarnos que nuestra vida no haya sido tan positiva
como nos hubiera gustado. Desgraciadamente hemos sido educados de un manera tan
negativa que apenas sabemos hablar de otra cosa que del mal. El mal lo hemos
puesto como medida de todo.
La mente actúa sobre nuestra vida
como un volante sobre un coche. El coche va hacia donde le ordena su conductor.
Si en un tramo recto el conductor da un giro brusco a derecha o izquierda, el
coche obedece y se sale de la carretera con el riesgo de estrellarse y
matarnos. Y esto sucede porque el coche funciona bien, pero el que lo dirige lo
hace de una manera inadecuada.
Igual pasa con nuestra mente, si
pensamos cosas positivas todo marcha mejor. Si pensamos cosas negativas el
cerebro va a tratar de hacerlas verdad en nuestra vida porque no distingue
nuestro bien de nuestro mal, se limita a funcionar cumpliendo el programa que
cada pensamiento le proporciona, está diseñado para ello y, como por
deformación cultural pensamos más en el mal que en el bien, vivimos dando
tumbos a diestra y siniestra en la carretera de nuestra vida, programando con nuestro
propio pensamiento todo el mal que vamos a sufrir después, con la misma energía
de que disponemos para fabricar el bien que necesitamos, con el poder creador
de nuestra mente.
Si queremos vivir mejor a todos los
niveles ya sabemos lo que debemos hacer: pensar,
solo y siempre, en el bien. En el bien que tenemos para que aumente y en el
bien que necesitamos, para atraerlo a nuestra vida.
Jamás hables del mal, ni siquiera para negarlo, ni para decir que no lo
quieres, ni para decir que ya no lo sufres. Acostumbra a buscar, como si fuese un juego, con tu
pensamiento, el bien opuesto, ante cada uno de los males que padeces o temes y
cuando lo hayas encontrado piensa, sencillamente, que lo necesitas. Utiliza la
palabra NECESITO para encontrar con
mayor facilidad el pensamiento positivo que te conviene. Habla de esta manera,
piensa de esta manera. Debemos entendernos hablando así, hablando del bien que
tenemos, del bien que necesitamos.
Yo puedo decir: Fulanito no es ningún
sinvergüenza. Eso es hablar poniendo el mal como medida.
Lo correcto, es decir: Fulanito es
una persona honesta
Se necesita este cambio cultural, que
debería empezar en la escuela primaria. Pensar que esta forma de vivir es buena
para curarse, es llegar demasiado tarde a utilizar algo tan positivo, tan
conveniente para la vida.
Al hablar del bien que necesitamos
estamos ordenando a nuestro cerebro la búsqueda de soluciones para nuestros
problemas y no dejemos de hablar así hasta conseguir nuestro propósito.
Por la misma razón jamás debes decir o pensar que necesitas
algo bueno pero que te resulta difícil o que no puedes conseguirlo, estás
dando un paso adelante y otro atrás, seguirás enquistando el mal en tu vida. No
te niegues la posibilidad de conseguir el bien que te conviene. Tu cerebro
recibirá esto como una orden y se cumplirá en tu perjuicio. Solo tú puedes
cambiar ese programa por el opuesto y piensa, sencillamente, que necesitas
poder.
Estas dos enseñanzas son suficientes,
cumplidas a rajatabla, para cambiar el rumbo de tu vida, para enriquecerla
tanto como desees, para vivir en mayor armonía contigo mismo y con tu entorno,
para que te resulte más fácil vivir feliz y aprender a compartir tu bien con
tus semejantes.
¡Habrás encontrado la piedra filosofal!
Ahora que has comprendido lo que
significa tener tu boca húmeda, como signo de un funcionamiento más equilibrado
de tu organismo que te va a proteger de los excesos de adrenalina que las
situaciones desagradables pueden desencadenar en tu cuerpo, piensa, hasta
lograrlo, mi boca se llena de saliva fluida, agradable y observa como, al
tenerla húmeda, ha aumentado tu tranquilidad y tu relajación.
Ahora que tu cuerpo funciona con una
mayor armonía y equilibrio y que hasta tu cerebro gobierna todo mejor, piensa:
“la sangre circula maravillosamente por
todo mi cuerpo y cada órgano, cada tejido y cada célula reciben lo necesario
para funcionar en armonía con el conjunto, de manera que mi salud cada instante
es mejor, Siento que mi cuerpo se llena de energía, de bienestar. Se ponen en
marcha los mecanismos naturales de la curación y los mecanismos reparadores de
cualquier error que pueda haber en el ADN de mis células, en relación con la
información genética que contienen, de modo que todo se mantiene dentro del
orden necesario o recupera el orden conveniente para que la reproducción de mis
células y mi salud sean perfectas. Mi bienestar aumenta hasta ser total y en
adelante voy a encontrar siempre el pensamiento positivo y bueno, adecuado para
programar en mi cerebro todo el bien que necesito y me conviene. Voy a vivir
con más paz, con más tranquilidad, con más bienestar y felicidad, con un mayor
autocontrol y me va a ser mucho más fácil encontrar solución a todos los
problemas que me plantea la vida. Mi cerebro sabe como encontrar solución
adecuada. Me siento feliz, de una manera especial, al compartir el bien que voy
adquiriendo en mi vida con mis semejantes. Estoy saboreando el más maravilloso
de los placeres al alcance del ser humano: la capacidad de amar, que es la
esencia del Creador, amor infinito, y con el que, afortunadamente, voy a
encontrarme al final de mi andadura por este mundo.
Usar de
manera positiva el poder del pensamiento, nos lleva a desarrollar todo nuestro
potencial, todas nuestras capacidades, hasta donde es posible, para mejorar en
el estudio, en el deporte, en el trabajo y en las relaciones humanas. Y cuando
llega la muerte, encontraremos en ella el sentido a nuestra vida.
Los
pensamientos son la causa primera de todas las cosas.
Nos han
educado en la medida del mal: “no mientas, no robes, no insultes, no envidies
lo ajeno, etc.” y así con todo. Seguimos educando de la misma forma, el mal y
la negación siguen siendo la medida, cuando solo deberíamos pensar y hablar del
bien: “debes decir siempre la verdad, trata a los demás como deseas que te
traten, confórmate con aquello que te has ganado legalmente, etc.”, como
antónimos del mal.
El futuro
del ser humano está en su evolución espiritual, para eso hemos venido aquí, y
dicha evolución es una posibilidad más sencilla de lo que puede suponerse. Usar
positivamente el poder creador del pensamiento es sintonizar con el bien que
uno necesita, es conocerse mejor, es vivir más inteligentemente, es elevar el
nivel de la vida a un plano más intelectual. Y de ahí al espiritual no hay más
que un paso.
Y como
siempre se deseará un bien mayor, esto significa que en lo más íntimo del ser
humano hay un ansia de felicidad infinita.
“Por eso os digo, todo cuanto pidiereis en la
oración creed que lo recibisteis y se os dará…” San Marcos (11,24)
¡Creed que
lo recibisteis! ¡Así de simple! ¡Creed ahora, en presente, que os lo han
concedido ya!
“Aún más:
os digo en verdad que si dos de vosotros convinieren sobre la tierra en
pedir cualquier cosa, os lo otorgará mi Padre, que está en los cielos.” San Mateo (18,19)
“…Si dos de vosotros” ¡La
comunicación entre terapeuta y paciente, por ejemplo! Entiéndase por “Padre que
está en los cielos”, el Creador, la Mente Suprema, el TODO, sea esto lo que
sea.
Cuando el
paciente solo no puede conseguir el bien que necesita, por no creer que aquello
es posible, con la ayuda del terapeuta y el deseo de satisfacer su necesidad le
basta, aunque no crea… El conocimiento, la experiencia y el deseo cargado de
intención del terapeuta, le sirven a él. Al paciente con su necesidad le
basta, a condición de que quiera su bien. Si además cree, sabe que es
posible, mucho mejor. No es una cuestión de Fe ni de creencia, es así como
funciona la Naturaleza, su Ley.
Todos
conocemos ejemplos de curaciones realizadas de esta manera.
En los
textos griegos de las Sagradas Escrituras, hay una palabra que se repite una y
otra vez: metanoia. Su traducción no ha sido muy afortunada, o incluso
ha sido mal intencionada: convertíos, haced penitencia.
Sin
embargo, su correcto significado etimológico es: cambiad de
pensamientos, mentalidad, propósitos…
Tanto el
Amor como el uso positivo del pensamiento producen el mismo efecto en la vida:
hacen vivir al ser humano en Respuesta Biológica Positiva. Este es el
remedio para todos los males de la Humanidad.
Psicológica
y físicamente la enfermedad es una demanda de amor.
Cuando un
paciente recibe, por parte de su terapeuta, la dosis adecuada de amor, está más
cerca de conseguir el bien que necesita, sea este la analgesia psicológica o la
puesta en marcha de los mecanismos de su curación. No consiste en una técnica o
en pronunciar frases maravillosas, sino de la auténtica y amorosa intención de
curarlo. Es todo lo que se necesita. Y lo más maravilloso de todo: ¡cualquiera
de nosotros puede ser terapeuta! ¡No se necesita ningún conocimiento específico
sobre la enfermedad, la anatomía o la fisiología!
“Los
pensamientos son las manos del Alma, que modelan la vida del hombre”, dice el
Dr. Ángel Escudero, quien inspira esta comunicación.
La Mente es la base de todo el mundo de formas, nombres, acciones, y en este sentido "todo es mente"; pero superior a la mente es el Yo, manifestación del TODO.
La Mente es el fulcro. La Intención es
la palanca. El Yo es el actor
El Yo, por
medio de la Mente y de la intención, es el principal responsable del bien y del
mal en los seres humanos. Este conocimiento produce milagros.
Todas las
curaciones se hacen el S.N. Parasimpático.
1º.- En
estado de relajación y pensamiento, decir: “Mi boca se llena de saliva fluida,
agradable, como el agua”...
La boca mojada es un indicador de
calidad de vida y un signo de Respuesta Biológica Positiva y activación del
Parasimpático.
2º.- “Necesito”:
¡Una palabra que, como deseo o buena intención, hace milagros!
Añado: “Sin
límite”: Por si acaso la necesidad fuese tan grande que se considere un milagro su satisfacción…
3º.-Y añado
el bien que deseo:………………… ¡Como opuesto al mal que combato!
¡Cuidado!:
No uso la negación ni siquiera para negar el mal que tengo. La Mente no acepta
un No ni un Pero ¡Negar el mal no lo convierte en bien! ¡Eso no hace más
que aumentarlo!
No digas
jamás: “no quiero este mal”. El mal desaparece al pedir el bien opuesto.
4º.- “Y”
(conjunción copulativa). ¡Nunca decir “pero”! (conjunción adversativa).
5º.- “Que
cada vez me sea más fácil conseguirlo”
¡Esto es todo cuanto necesitas para
hacer milagros!
Ejemplo en
caso de un dolor: “Necesito que mi rodilla (o todo mi cuerpo), permanezca
anestesiada hasta que se me haya curado, cosa que va a suceder rápidamente”.
Otro
ejemplo en caso de una carencia: “Necesito recuperar la audición de mi oído
derecho. Tú sabes cómo hacerlo y sé que lo recuperaré rápidamente”.
Y otro más
genérico, para cualquier mal: “Necesito sin límite salud y bienestar y que cada
vez me sea más fácil conseguirlo”.
Estoy en el
desierto, se me acabó el agua, me muero de sed, pero tengo que hacer saber a
alguien que tengo sed sin mencionar esa palabra, pues la palabra “sed” pone una
lupa delante del Yo y sentiré más sed. Diré: “necesito agua, o necesito beber”.
Me muero de
hambre pero no mencionaré esa palabra, que actuará como una lupa. Diré:
“necesito comer”.
¡Tengo
miedo! No mencionaré esa palabra, diré: “necesito valor, seguridad, confianza”.
¡Tengo
dolor, malestar! No mencionaré esas palabras, diré: “necesito bienestar,
analgesia psicológica”.
¡Jamás
digas: “ESO va a ser difícil”! Di: “necesito que ESO sea fácil”.
¡Jamás
digas: “ESO será imposible”! Di: “necesito que ESO (lo que sea), sea posible”.
Todas las
fuerzas naturales, tanto propias (mi Yo), como ajenas (el TODO), se pondrán a
trabajar para cumplir el deseo, en forma de intención, que hemos manifestado.
Si la intención de curación es para otra persona, o personas, aun será más
rápida su resolución positiva.
La Mente es el instrumento del Yo. El
pensamiento, como intención o propósito de hacer, es el uso que el Yo hace de la
Mente.
¡No vuelvas a hablar de tus males ni
a nombrarlos!
¡Pon detrás de la palabra “necesito”,
el bien opuesto, el antónimo de las cosas que te hacen sufrir!
El “Ingeniero” que nos diseñó, o las
Leyes que lo han hecho posible, no olvidó poner en nosotros los mecanismos de
recuperación para cualquier situación anómala. ¡Cualquiera que esta sea!
¡Yo AFIRMO mi realidad, poder y dominio sobre personas, circunstancias o cosas que puedan afectarme adversamente!
¡Paz a todos!
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