SECRETOS

José Manuel Fernández Outeiral

De nuevo, como el año pasado, me he convertido en un ladrón de palabras e ideas y me apresuro a ofrecéroslas, bien ataditas en un ramo, con la esperanza de que puedan serviros para creer un poco más en lo que hacéis y seguir creciendo.

Gracias por darme la oportunidad de esta charla. En pago, rompo vuestra paz y tranquilidad, vuestra confortable rutina y os obligo a pensar, a ir un poco más lejos.

Os repito lo de siempre: uso el masculino genérico, porque, como dice la RAE, el masculino genérico no oculta a la mujer, porque tampoco incluye al hombre.


Bioenergética y la Conciencia Universal

Recordáis, durante los cursos de formación del Dr. Salvador Gutiérrez, la pregunta que hizo un compañero:

—¿Cuándo preguntamos por Bioenergética, qué o quién contesta?

Su respuesta, mientras se encogía de hombros, fue:

—Se supone que el ADN.

Pues bien, lo que viene a continuación os va a gustar porque yo, abundando en la idea, os digo: si el ADN es parte de la Conciencia Universal, y debe serlo, estoy completamente de acuerdo con él.

Alguno de vosotros se quejaba el año pasado de que no avanzaba con la bioenergética. Tal vez esto pueda ayudaros.

Permitidme que profundice un poco más en lo que hacemos, más allá del biomagnetismo y la bioenergía, de la anatomía y la patología, del balance energético, del pH, etc. Hablaré sobre el milagro que, a mi juicio, subyace no solo en lo que hacemos, sino en lo que somos como seres humanos.


El significado de los milagros

Antes, debo definir lo que vulgarmente se entiende por milagro:
Milagro es todo aquello que la ciencia es incapaz de explicar de manera racional; pero esa definición no puede satisfacernos a nosotros.

Para nosotros, un milagro consiste en la aplicación de una ley de rango superior en un plano inferior. Para esta charla, he encontrado inspiración, entre otros, en la profunda sabiduría del Doctor Bhagavan Das, cuyas obras he tenido el privilegio de traducir, en su mayor parte, al castellano.


Ejercicio: Contemplar una rosa

Este ejercicio te invita a contemplar una rosa de una manera profunda y reflexiva, conectando tu percepción con una visión más amplia de la existencia.

  1. Sostén una rosa roja frente a ti.

    • Huélela y reflexiona: "Sin mí, esta flor no tendría aroma".
    • Observa su color vibrante y piensa: "Sin mí, esta flor no tendría color".
    • Toca sus suaves pétalos y considera: "Sin mí, esta flor no tendría textura".
  2. Sin tus sentidos –la vista, el oído, el tacto, el gusto y el olfato–, la rosa sería solo un conjunto de átomos vibrando en el vacío.

  3. Imagina el ADN dentro de cada célula de la rosa. Visualiza miles de millones de átomos entrelazados en la forma de una doble hélice y piensa: "Mi ADN está observando el ADN de esta flor. No es solo un observador mirando un objeto, es una forma de ADN observando otra".

  4. Visualiza cómo el ADN empieza a brillar hasta convertirse en vibraciones invisibles de energía. Reflexiona:
    "La rosa ha desaparecido y ha vuelto a ser energía pura. Yo también me he desvanecido y soy energía primigenia. Ahora, un campo de energía observa a otro campo de energía".

  5. Finalmente, observa cómo las ondas de energía de ambos, tanto tú como la rosa, se mezclan, haciendo desaparecer los límites que os separan, como olas que se funden en la vasta superficie de un mar infinito.


Realidad y Conciencia Universal

Este ejercicio nos permite acercarnos a lo que consideramos "realidad": un campo infinito y silencioso de energía que, en un destello, experimenta el objeto (la rosa) y el sujeto (tú) sin necesidad de desplazarse.

La Conciencia Universal, sea lo que sea, simplemente contempló un aspecto de su eterna belleza. El único propósito fue crear un momento de gozo. Tú y la rosa fuisteis polos opuestos de ese instante, pero no estabais separados: una misma fuerza creativa os unió en uno solo.

Más allá de los límites del tiempo y el espacio ocurre un solo proceso: la creación continua de todo lo que existe, utilizando la conciencia como si fuera la arcilla con la que todo se moldea.


Destellos de verdad y liberación personal

Las limitaciones son mentales. Al igual que en el ejemplo del caballo atado a una silla de plástico, nuestras limitaciones son mentales. Hemos sido educados para creer en ellas, y es esta creencia la que nos mantiene presos, no una barrera física real.

Cuando pienso en lo que es un destello de verdad, me vienen a la mente algunos ejemplos muy claros:

  • Saber que no puedes ser lo que otro espera de ti, aunque lo ames profundamente.
  • Saber que amas, incluso si te da miedo decirlo.
  • Saber que la lucha de otra persona no es la tuya.
  • Saber que eres mejor de lo que a veces aparentas ser.
  • Saber que, pase lo que pase en la vida, vas a sobrevivir.
  • Saber que tienes que seguir tu propio camino.

Liberarte de tu propia imagen

Te liberas del control de tu propia imagen cuando:

  • Sientes lo que sientes, sin confusión.
  • Las cosas dejan de ofenderte.
  • Dejas de preocuparte por cómo te ven en una situación.
  • No excluyes a personas porque te sientas superior o inferior a ellas.
  • Dejas de preocuparte por lo que los demás piensan de ti.
  • Dejas de obsesionarte por el dinero, el estatus o las posesiones.
  • Dejas de sentir la necesidad de defender tus opiniones.

Transformar emociones negativas

Ejercicio:

  1. Revive una experiencia negativa e intensa que te haya provocado ira, dolor, desconfianza o traición.
  2. Permite que la emoción fluya, siéntela por completo.
  3. Visualiza esa emoción expandiéndose como una onda de choque, llenando todo el universo si es necesario.

Señales de liberación:

  • Una risita, como si quisieras reírte de la situación.
  • Un encogimiento de hombros, como si la situación ya no te afectara tanto.
  • Una sensación de calma o paz.

Participar plenamente en la vida

Experimentar un momento plenamente significa involucrarte de manera total. Por ejemplo, conocer a una persona puede ser algo superficial y sin importancia a menos que te conectes con su mundo, encuentres algo significativo en su vida e intercambies, al menos, un sentimiento sincero. Esta conexión con los demás es un flujo circular: tú te proyectas hacia la otra persona y la recibes cuando te responde.

Este tipo de desconexión no solo dificulta la práctica de la bioenergética (la interacción de energía vital), sino también las relaciones humanas en general. Para vivir plenamente, este círculo de dar y recibir debe estar presente, incluso cuando no hay nadie más.

Cierra el círculo:

Imagina tres personas que contemplan la misma puesta de sol:

  1. La primera está absorta en sus preocupaciones y no nota realmente la puesta de sol, aunque su cerebro está registrando la luz.
  2. La segunda piensa: "Qué bonita puesta de sol, hace mucho que no veía una así", pero su respuesta es automática, sin profundidad.
  3. La tercera persona, un pintor, observa la puesta de sol y empieza inmediatamente un boceto, usando su experiencia para crear algo nuevo.

La diferencia es clara: la primera no dio ni recibió nada, la segunda recibió la belleza del momento pero no la devolvió de forma significativa, y la tercera cerró el círculo, devolviendo algo al mundo.

Para experimentar plenamente la vida, cierra el círculo.

La conciencia como principio inmutable

La conciencia, en su núcleo, sigue principios inmutables:

  • Se adapta a tus deseos.
  • Mantiene el equilibrio en tu vida.
  • Armoniza tu vida individual con la vida del cosmos.
  • Te hace consciente de lo que haces.
  • Te muestra las consecuencias de tus actos.
  • Te ayuda a hacer tu vida tan real como sea posible.

Una vez que comprendas esta verdad, podrás alinearte con cualquier posibilidad que surja, sabiendo que todo es parte de un proceso mayor orientado a tu bienestar.

Desconexión de la Conciencia Universal

Nos apartamos de la Conciencia Universal cuando diferentes puertas de nuestra experiencia y percepción se cierran, desconectándonos de nuestra naturaleza esencial y del flujo del universo. A continuación, te explico cómo estas "puertas" afectan nuestra conexión con la conciencia:


1. Ser puro

Cuando esta puerta se cierra, experimentamos separación, lo que provoca un miedo constante a la muerte y una sensación de estar desconectados de cualquier presencia divina o de la vida misma. Nos sentimos aislados y vulnerables.


2. Dicha potencial

Con esta puerta cerrada, la vida pierde su capacidad de brindarnos alegría profunda. La felicidad se vuelve pasajera y no hay lugar para experiencias sublimes o momentos de verdadera plenitud.


3. Amor

Cuando el amor está bloqueado, vivimos en un mundo frío y solitario. Nos sentimos emocionalmente desconectados y percibimos a las demás personas como figuras distantes e indiferentes. No sentimos la presencia de una fuerza amorosa en la creación.


4. Cognición

Si esta puerta se cierra, el conocimiento se reduce a los hechos y la experiencia personal limitada. Las leyes naturales parecen incomprensibles y no tenemos acceso a un entendimiento más profundo o intuitivo de la realidad.


5. Mitos y arquetipos

Cuando esta dimensión está bloqueada, no encontramos héroes, dioses o modelos inspiradores. La vida carece de un sentido profundo y no hay un propósito apasionante que la guíe. Las relaciones y experiencias son superficiales, despojadas de significado mítico.


6. Intuición

Al cerrarse esta puerta, perdemos la capacidad de captar las sutilezas de la vida. No experimentamos momentos de genialidad ni esa comprensión profunda que nos conecta con el todo. El universo parece una red desconectada, oculta de nuestra percepción.


7. Imaginación

Con esta puerta cerrada, la vida se vuelve monótona y carente de fantasía. No apreciamos el arte ni las metáforas, y todo lo abordamos de manera literal y técnica, sin espacio para la creatividad o los saltos innovadores.


8. Razón

Cuando la razón se bloquea, la vida pierde sentido y nos vemos gobernados por impulsos caóticos. No hay continuidad en nuestras acciones, y nuestras decisiones son irracionales, como un perro que da vueltas para morderse la cola.


9. Emoción

Si las emociones están cerradas, nuestros sentimientos están congelados. Perdemos la capacidad de sentir compasión o empatía, y las demás personas parecen distantes e inalcanzables, dificultando la creación de lazos significativos.


10. Cuerpo físico

Cuando nos desconectamos de nuestro cuerpo, la vida se vuelve puramente mental. El cuerpo se siente pesado, como un sistema de soporte que simplemente arrastramos. Dejamos de percibir el cuerpo como el templo del alma, vital para la acción en el mundo.


Comprender la separación de la Conciencia Universal

Estos diversos estados de avidya (ignorancia) representan las maneras en que nos desconectamos de la Conciencia Universal. En la tradición india, esta separación se veía como absoluta: si no estabas en unidad con el Todo, estabas en ignorancia. Sin embargo, esta visión pasaba por alto la complejidad de la conciencia.

Somos seres multidimensionales, y una persona puede alcanzar vidya (iluminación) en un área de su vida, pero no en otra.

Por ejemplo:

  • Picasso fue un maestro de la imaginación, pero un pésimo esposo en términos de amor.
  • Mozart, un genio musical, pero físicamente débil.
  • Lincoln, un héroe del mito y el arquetipo, pero emocionalmente devastado.

Reconectando con nuestra naturaleza esencial

La bioenergética que practicamos busca tratar a los pacientes ayudándolos a reconectar con esa conciencia unificada, promoviendo el equilibrio y la sanación a nivel físico, emocional y espiritual.

La razón por la que Cristo, Buda, Sócrates o cualquier otro maestro espiritual da la impresión de que nos habla personalmente, es que nuestra conciencia limitada permite atisbos súbitos y diáfanos de una realidad que está más allá de ella. Nuestra mente quiere trascender; es su naturaleza.


Cultivar consciencia: ejercicio práctico

Considera cada ámbito de la conciencia y reflexiona cómo te reprimes para entrar en él.
A continuación, te doy algunos ejemplos prácticos:


Ser puro

  • Bloqueo: No aminoro el paso para experimentar una paz interior auténtica.
  • Reflexión: Anotaré cuando rechace la oportunidad de encontrar paz interior.
  • Acción: Buscaré tiempo para la meditación o para disfrutar de la tranquilidad de la naturaleza.

Dicha potencial

  • Bloqueo: No me permito sentir la alegría de simplemente estar vivo.
  • Reflexión: Anotaré cuándo me niego la posibilidad de disfrutar de momentos de dicha.
  • Acción: Observaré el cielo nocturno o disfrutaré de la belleza de la naturaleza.

Amor

  • Bloqueo: No he demostrado suficiente amor a mis seres queridos.
  • Reflexión: Anotaré cuándo evité expresar mi amor.
  • Acción: Haré un esfuerzo por demostrar mi aprecio a un ser querido.

Cognición

  • Bloqueo: Me dejo llevar por el escepticismo y me baso demasiado en los hechos comprobables. No suelo pasar tiempo con personas que tienen conocimientos profundos, ni leo textos filosóficos o espirituales.
  • Reflexión: Anotaré cuando rechace la sabiduría tradicional o espiritual y cómo me mantengo encerrado en un enfoque limitado de la cognición.
  • Acción: Leeré libros de filosofía, ciencia espiritual o historia, y buscaré la compañía de personas con perspectivas más amplias para expandir mi comprensión del mundo.

Mitos y arquetipos

  • Bloqueo: Ya no tengo héroes ni figuras que me inspiren. No busco modelos superiores en mi vida ni veo el valor de los mitos o arquetipos.
  • Reflexión: Anotaré cuando rechace la necesidad de inspiración más elevada, ya sea en personajes históricos o en figuras de mi entorno.
  • Acción: Exploraré la vida de personajes históricos, héroes de la mitología o modelos contemporáneos que puedan inspirarme, y reflexionaré sobre cómo puedo aplicar sus enseñanzas en mi vida diaria.

Intuición

  • Bloqueo: No confío en mi intuición. Siempre busco pruebas antes de creer en algo y descarto lo que no puedo comprobar con mi razonamiento.
  • Reflexión: Anotaré cuando rechace mis corazonadas o intuiciones, y cómo prefiero confiar en mi cabeza en lugar de mi corazón.
  • Acción: Empezaré a prestar más atención a mis corazonadas, y tomaré pequeñas decisiones basadas en ellas para reforzar mi confianza en mi intuición.

Imaginación

  • Bloqueo: No cultivo mi imaginación. No visito museos ni participo en actividades creativas. Mi vida está dominada por la televisión y el entretenimiento pasivo.
  • Reflexión: Anotaré cuando rechace la imaginación o cuando elija no participar en actividades que puedan nutrir mi creatividad.
  • Acción: Haré un esfuerzo por visitar museos, asistir a conciertos o involucrarme en alguna forma de arte, como pintar o escribir. También buscaré la compañía de personas creativas para inspirarme.

Razón

  • Bloqueo: Me mantengo firme en mis opiniones y no suelo escuchar las perspectivas de los demás en discusiones. Muchas veces no sigo los planes que hago, aunque sean buenos.
  • Reflexión: Anotaré cuando sea inflexible o poco razonable, y cómo tiendo a ignorar las opiniones de los demás.
  • Acción: En las próximas conversaciones, haré un esfuerzo por escuchar con atención y considerar puntos de vista alternativos antes de apresurarme a imponer mi opinión. También me comprometeré a seguir los planes que elaboro, para ser más coherente y razonable.

Emoción

  • Bloqueo: Reprimo mis emociones y no me permito expresarlas libremente. Me molesta cuando otros lo hacen, y prefiero guardármelo todo.
  • Reflexión: Anotaré cuando suprima mis sentimientos o cuando me sienta incómodo con la expresión emocional de los demás.
  • Acción: Buscaré maneras saludables de expresar mis emociones, como hablar con alguien de confianza o escribir un diario. También me permitiré sentir y mostrar emociones, sin juzgarlas como débiles o inapropiadas.

Cuerpo físico

  • Bloqueo: No cuido mi cuerpo como debería, y me siento desconectado de él. Vivo principalmente en mi cabeza y considero que cuidar mi cuerpo es algo secundario o indulgente.
  • Reflexión: Anotaré cuando rechace cuidar mi cuerpo o cuando lo vea como un peso muerto en lugar de un templo del alma.
  • Acción: Comenzaré a prestar más atención a mi salud física, haciendo ejercicio regularmente y buscando terapias corporales que me ayuden a reconectar con mi cuerpo de una manera más consciente y holística.

Por cuestión de tiempo y espacio, he puesto como ejemplo notas muy generales, pero tú debes ser lo más específico posible.

En el apartado “Amor” escribe el nombre de alguien a quien no hayas demostrado tu amor o un incidente en el que recuerdes haberte sentido incómodo de recibir amor. En el apartado de “Imaginación” anota el museo de tu ciudad que no visitas o el nombre de la persona con inclinaciones artísticas cuya compañía has evitado. Asimismo, sé lo más específico que puedas respecto de cómo cambiarás estos hábitos de rechazo.


Para vivir plenamente, debes sumergirte en un ámbito sin restricciones

Debes permitir que surjan experiencias nuevas. Si dejas de lado la idea de estar limitado por el mundo, te darás cuenta de que siempre has vivido desde ese lugar vasto e ininterrumpido llamado Alma. Cuando mueras, entrarás en ese mismo lugar desconocido, y ahí podrías sentirte más vivo que nunca.

¿Por qué esperar? Puedes sentirte tan vivo como desees a través de un proceso conocido como rendición o liberación. Este es el siguiente paso para superar la muerte. Si te aferras al pasado, impides que la vida se renueve.


Rendirse significa:

  • Atención plena.
  • Apreciar la riqueza de la vida.
  • Abrirte a lo que está justo frente a ti.
  • No juzgar.
  • Ausencia de ego.
  • Humildad.
  • Ser receptivo a todas las posibilidades.
  • Permitir el amor.

La mayoría de las personas piensa que la rendición es un acto difícil, casi imposible. Sugieren que rendirse es entregarse a Dios, algo que solo los más santos pueden enfrentar. Pero, ¿cómo podemos saber si realmente hemos alcanzado este estado de rendición?

Decir “Estoy haciendo esto por Dios” suena admirable, pero una cámara de vídeo, observando la escena desde una esquina de la habitación, no podría distinguir entre un acto realizado por Dios y el mismo acto hecho sin pensar en Él.

Es mucho más sencillo rendirse por uno mismo, y dejar que Dios se manifieste si así lo desea.


Puedes practicar la rendición abriéndote a una pintura de Rembrandt o Monet

Al fin y al cabo son creaciones tan gloriosas como cualquier otra. Dedícale toda tu atención. Aprecia la profundidad de la imagen y el cuidado con el que fue creada. Ábrete a lo que está frente a ti sin permitir distracciones. No juzgues de antemano si la pintura te debe gustar porque otros te han dicho que es maravillosa. No te fuerces a responder de una manera para parecer inteligente o sensible.

Permite que la pintura sea el centro de tu atención, lo que es en esencia un acto de humildad. Sé receptivo a cualquier reacción que puedas tener. Si todos estos pasos de rendición están presentes, un gran Rembrandt o Monet despertará en ti el amor, porque el artista simplemente está ahí, en toda su humanidad.


Haz lo mismo con la música.

Escucha atentamente una sinfonía de Mozart, Beethoven, Haydn o el compositor que más te guste (mejor si es solo música instrumental, sin letra), y déjate llevar.

También puedes hacerlo con la naturaleza. Sumérgete plenamente en ella, sin distracciones, y experimenta su inmensidad.

El acto de rendición no es solo un acto de entrega a Dios, sino a todo lo que te rodea, permitiendo que la vida fluya sin las barreras que nuestra mente o nuestras expectativas suelen imponer. Así es como te conectas con la verdadera esencia de la vida.


La rendición no es difícil solo cuando estás frente a la naturaleza, el arte o la música.

También es posible practicarla en presencia de otras personas, aunque puede resultar más desafiante. Las personas pueden ser más complicadas que un cuadro o una melodía, pero la rendición hacia ellas sigue los mismos pasos que mencionamos anteriormente.

La próxima vez que estés con tu familia o amigos, podrías concentrarte en uno de esos pasos, como prestar atención plena o no juzgar.


Elige el paso que te parezca más sencillo, o mejor aún, aquel que sueles evitar en tus relaciones cotidianas.

Muchas veces, cuando interactuamos con nuestras familias, tendemos a negar la humildad. Por ejemplo, ¿qué significa ser humilde con un niño? Significa reconocer que su opinión tiene el mismo valor que la tuya.

En el nivel de la conciencia, todos somos iguales. El hecho de ser un adulto o tener más experiencia no disminuye la importancia de lo que siente y piensa un niño.

El secreto de la rendición es que la haces por ti mismo, no para agradar a los demás, y es en tu interior donde ocurre la verdadera transformación.


Tarde o temprano, todos nos encontramos ante la presencia de una persona longeva, débil o moribunda, y en ocasiones, estas tres condiciones pueden coexistir en una sola persona. En esta situación, los mismos pasos de rendición son posibles.

Para nosotros, un pensamiento es una imagen o una idea que flota en la mente.

Pero para el universo —y con esto me refiero a la Inteligencia Universal que abarca las galaxias, los agujeros negros y el polvo interestelar—, un pensamiento es un paso evolutivo, un acto creativo. Para vivir verdaderamente en el centro de la realidad, la evolución debe ser tu principal interés. Los eventos cotidianos de tu vida se gestionan solos, como lo hace tu cuerpo con su sistema nervioso.


El cuerpo opera con dos sistemas nerviosos distintos.

  1. El sistema nervioso involuntario regula automáticamente las funciones básicas del cuerpo, como el pulso, la presión sanguínea y el equilibrio de hormonas, incluso si una persona cae en coma.

  2. El sistema nervioso voluntario está asociado a la voluntad, y su único propósito es llevar a cabo tus deseos. Sin este sistema, la vida sería como estar en coma: congelada, sin avance, una muerte en vida.

El universo también refleja esta distinción. A nivel material, las fuerzas del universo no necesitan nuestra intervención para mantener todo equilibrado, permitiendo que la vida siga adelante. La ecología se equilibra sola; las plantas y los animales viven en armonía, sin necesidad de intervención consciente. Pero el mundo no se queda en ese nivel elemental. Incluso los organismos más simples, como las amebas, nadan en una dirección, buscan comida, avanzan hacia la luz y prefieren ciertas temperaturas. El deseo está integrado en el plan de la vida.


El impulso hacia la evolución

Este deseo y el impulso hacia la evolución son lo que nos empuja más allá de la existencia básica, más allá de solo comer, respirar y dormir. Para avanzar y comprender nuestra relación con el universo, es esencial reconocer este plan evolutivo y participar activamente en él. Esto, y mucho más, lo detallo en mi libro.

Por esta razón, no parece descabellado buscar la segunda mitad del "sistema nervioso del universo", aquella mitad que está conectada con el deseo. Cuando nuestro cerebro realiza un deseo, la Conciencia Universal lo lleva a cabo al mismo tiempo. No hay diferencia entre "yo quiero tener un hijo" y "el universo quiere tener un hijo". El embrión que comienza a desarrollarse en el vientre materno no es solo el resultado de un deseo individual, sino que está respaldado por billones de años de inteligencia, memoria, creatividad y evolución.

Ese embrión no solo es un individuo, sino que se ha integrado perfectamente en el cosmos. Pero, ¿por qué esa fusión habría de terminar ahí?


El ADN como registro universal

El universo lleva el registro de su evolución a través del ADN. Esto significa que nuestros genes son el punto focal de todo lo que ocurre en el mundo. Son nuestra conexión con la naturaleza en su totalidad, no solo con nuestros padres. La ciencia ha comenzado a entender que los lenguajes que hablamos son, de hecho, un reflejo exacto de nuestro ADN. Por eso, cuando el Dr. Salvador Gutiérrez respondió durante nuestros cursos de formación, estaba en lo correcto.

Debemos dejar de lado la idea simplificada de que el ADN es simplemente una serie de azúcares y aminoácidos organizados en una doble hélice. Esa es solo su estructura, pero no nos dice nada sobre la dinámica de la vida. De la misma forma, observar los componentes de un televisor no nos revela lo que aparecerá en la pantalla. Lo que se proyecta a través de tu ADN en este momento es la evolución del universo.


Evolución: una burbuja en expansión

Normalmente pensamos en la evolución como una línea recta que va desde organismos primitivos hasta formas más complejas de vida. Pero una imagen más precisa sería la de una burbuja que se expande, abarcando más y más del potencial de la vida.

  • Cuando accedes a más inteligencia, estás evolucionando.
  • Si restringes tu mente a lo que ya sabes o puedes predecir, tu evolución será más lenta.
  • Cuando accedes a más creatividad, estás evolucionando.
  • Si intentas resolver problemas nuevos con soluciones viejas, tu evolución será más lenta.
  • Cuando accedes a más conciencia, estás evolucionando.
  • Si continúas utilizando solo una mínima parte de tu conciencia, tu evolución será más lenta.

El Creador está pendiente de tus elecciones. La evidencia muestra de manera contundente que el Creador prefiere la evolución a la inmovilidad. En sánscrito, la fuerza que impulsa la evolución se conoce como Dharma, cuya raíz significa "conservar".


El Dharma y tu colaboración

El Dharma necesita tu colaboración. La fuerza de conservación y evolución está tanto dentro de ti como "allá afuera" en el universo o en el reino del Alma.

La mejor manera de alinearte con el Dharma es dar por hecho que te está escuchando. Dale al Creador la oportunidad de responderte. Inicia una relación con él, como lo harías con otra persona. Los niños, por ejemplo, no tienen problemas en hablar con árboles, rocas, el mar o el cielo, porque asumen que hay subjetividad en todas partes.


Hábitos para desarrollar una conexión profunda

  1. Habla con el universo.
  2. Escucha su respuesta.
  3. Establece una relación íntima con la naturaleza.
  4. Contempla la vida en todas las cosas.
  5. Condúcete como un hijo del universo.

El poder de la presencia

Una vez que te comprometes a mantenerte sobrio, la presencia se manifestará por sí misma. Y cuando lo haga, tu conciencia solo podrá estar en el ahora. Este momento presente genera un cambio interno profundo, que afecta cada célula de tu cuerpo. Elevamos nuestra conciencia a un nivel superior, donde la presencia gobierna de manera absoluta. Cualquier otra experiencia es relativa y, por tanto, puede rechazarse o dejarse atrás.

La presencia es el toque de la realidad, y cuando la experimentas, no puede perderse ni rechazarse. Cada encuentro con ella te hace un poco más real.

Las pruebas de esta realidad son numerosas y variadas.

La más inmediata tiene que ver con el tiempo. Cuando el único momento que existe es el ahora, nuestra experiencia revela las siguientes características:

  1. El pasado y el futuro solo existen en la imaginación.
    Todo lo que hiciste carece de realidad; todo lo que harás tampoco tiene realidad. Solo lo que haces ahora es real. No existe ayer ni mañana, solo un eterno presente.

  2. El cuerpo y la mente que alguna vez llamaste “yo” ya no son quienes eres.
    Puedes abandonarlos con facilidad, sin esfuerzo. Ambos son simplemente patrones temporales que el universo asumió por un instante antes de continuar su flujo.

  3. Tu ser real se manifiesta en este momento como pensamientos, emociones y sensaciones.
    Estos son proyectados en la pantalla de la Conciencia Universal. Los reconoces como el punto de encuentro entre el cambio y la eternidad, y te ves a ti mismo exactamente de esa manera: un ser que transita por el flujo de lo temporal, pero conectado con lo eterno.


El momento presente y su simplicidad

Cuando estás en el momento presente, no hay nada que hacer en el sentido tradicional. El río del tiempo sigue fluyendo, y tú experimentas sus remolinos, sus corrientes, sus superficies y profundidades, pero todo eso sucede dentro de un nuevo contexto: la simplicidad.

El momento presente, en su naturaleza más pura, es simple. El ahora resulta ser la única experiencia que no va a ninguna parte; simplemente es.


Gracias por vuestra atención.

 


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